Me encuentro con frio en los pies y la espalda, creo que hablar de cosas tan profundas como si fuera un chiste es algo que solo con pocas personas pasa, Fabio es una de esas pocas personas.
Resueno con él, me preguntó por qué para mi es fácil ver el potencial de los demás, y tan difícil verlo en mi.
¡Acaso no somos suficientes para nosotros mismos!

Poder ser consciente de todas las veces que controló el cuerpo, mi cuerpo, pero ver lo que hace cuando se resiste a ser dominado es una experiencia diferente, Entonces encuentro que habito diariamente un cuerpo en el que aún no se como controlar, 22 años no han sido suficientes para conocerle hasta el 5 dedo del pie, le he quitado las posibilidades de extenderse en sus rincones y poder expandirse con el mundo.
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Llorar, como un elemento que une.

El llanto llegó desde el inicio, principalmente con Laura París, tal vez son las palabras, tal vez estoy en la etapa en la que entiendo las acciones de mi madre y el ver a Laura hablando desde su posición de madre hace que sienta nostalgia de la hija que he sido.

El siguiente detonante fue Sebastián Cogua, a pesar de poner preguntas que la mayoría nos hemos hecho en este primer semestre de la maestría, tal vez el verle haciendo esta acción luego de ver su video de la primera entrega de taller, no pude dejar de pensar en porque todos tenemos esos pensamientos sobre nosotros mismos, por qué es tan difícil preguntarse a sí mismo, cuál es la respuesta que evadimos, qué tantas percepciones de sí mismos tenemos implantadas tan al fondo que tal vez se nos haya perdido la llave del cajón donde la guardamos para ocultarlas tan bien de nosotros mismos, que parece lejana la idea de que no sea una verdad.

El entrar en un estado de tristeza a pesar de que quienes fueron detonantes no lo estaban, hizo entender que era más una tristeza mía, pero cuál es la razón.

No me culpo por estar en apertura hacia los demás, pero si me voy con muchas preguntas por la intensidad de mi sentir ante las personas que me rodean.

El llanto nos unió con Siembra, el no saber cuál era la causa principal del llanto paso a un plano secundario cuando en la tristeza e incertidumbre se encuentran dos cuerpos desconsolados.

Poder consolar en el llanto, la desesperación y la incertidumbre permite que se explore el consuelo en la distancia, en la comprensión y en el reflejo del otro en uno y de uno en el otro.